jueves, 28 de enero de 2010

Un ramo de rosas blancas.



Es de mi orgullo saber que nací en
la misma tierra de Martí,
el que vivió para el deber,
debo reconocer que esa poesía castiza
cuando tengo sed me hechiza y también
me da de beber.

Martí fué un ser que dejó huella profunda,
sólo se mostró iracundo ante la vil
tiranía al ver nuestra Cuba sumida
en un dolor tan profundo,
por eso no dudó un segundo en castigar
con su pluma toda esclavista atadura,
y nos dejó como herencia,
amar la libertad y ser cubanos a conciencia,
para luchar con valor contra aquel irreverente
que pretenda que inclinemos la frente con
total servilismo,
mostrandose insolente como lo hace un
Verdugo.

Es por lo mismo que sintiendome
tan cubana,
quiera yo cada mañana ver mi patria
liberada del yugo que me la oprime.

No quiero se discrimine a ninguno
de mis hermanos,
hoy nuestra tierra vuelve hacer reclamo
por hambre, humillación y maldad,
hoy Cuba clama libertad,
y es nuestro deber como hijos
acudir a ese reclamo,
y cuando la hallamos liberado,
entonces cada cubano ir a su tumba
y ponerle un ramo de flores y una bandera.

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